¿Quién eres detrás de esa fachada? ¿Por qué puedes dividir el cielo entre tus manos? ¿Y por qué tu perfume queda impregnado en todo lado al que vas?
Y la gente se ríe de ti, la gente cree conocerte y se ríe de tus extrañas actitudes, pero se enojan contigo cuando les escupes la verdad o cuando les dices lo que piensas. Creen que eres un idiota, creen que no eres capaz de pensar por tí mismo, pero tú eres más inteligente de lo que ellos jamás podrán entender la palabra libertad.
Detrás de tu máscara te conviertes en un hombre, te conviertes en esa palabra justa en el momento adecuado y en ese abrazo asfixiante que necesitas cuando se te va la vida. Con esas manos que golpeas, también pintas y desmoronas la naturaleza, trasformándola a tu antojo y dejándola más entera.
Cualquier minúscula actitud de capricho se te borra con la justicia y el orgullo, y como si tuvieses una espada en la mano y un escudo en la otra, te lanzas a los demás y te le enfrentas aunque ellos sean unos trolls.
Quién podría reírse de ti, si cuando la verdad, tú te ríes de ellos.
Ojalá pueda ser lo suficientemente tú para poder crecer junto a tu sencillez y ternura.
